La colonización de Oceanía
La ocupación y colonización de Oceanía fueron tardías. La exploración geográfica de dicha región, dispersa en multitud de islas y archipiélagos, se inicia durante el siglo XVII y se completa entre finales del siglo XVIII y comienzos del siglo XIX.
Australia tuvo diversos caracteres a lo largo del siglo XIX: fue primero colonia penitenciaria desde 1778, con jurisdicción militar, para pasar entre 1823-30 a una administración civil con base económica en la ganadería y en la repoblación agraria. La primera base inglesa fue Sydney; fue creada como una colonia penal en 1778. La colonización del resto del continente prosiguió lentamente y sin un plan preciso.
Entre los años 1842-1851 se fueron estableciendo instituciones representativas de los colonos y adquirió importancia la minería con el descubrimiento de yacimientos de oro en 1851. Al mismo tiempo se desarrolló una conciencia nacional que se manifestó en la formación de autogobiernos en los distintos estados-colonias australianos hacia 1870.
Nueva Zelanda fue descubierta por Abel Tasman en 1642. Comenzó igualmente a ser colonizada entre finales del siglo XVIII y principios del XIX, con los iniciales asentamientos de colonos y misioneros británicos que se relacionaron y entraron en conflicto con la población indígena maorí. En 1769 había llegado a las islas James Cook y en 1826 comienzan a instalarse los primeros colonos, hasta 1830, cuando ya existe una considerable colonia de europeos.
Desde la llegada de los colonizadores europeos, Oceanía estuvo dividida en una serie de territorios dependientes, los que comenzaron a alcanzar su autonomía e independencia sólo a partir de mediados del siglo XX, a excepción de Australia y Nueva Zelanda, que lo hicieron a principios de esa centuria.
En la actualidad, aún existen muchos territorios no independizados, principalmente colonias del Reino Unido y Francia, dependencias de los Estados Unidos y algunos territorios con convenios de soberanía con Australia o con Nueva Zelanda, a los que se suman la Isla de Pascua y la Isla Salas y Gómez, pertenecientes a Chile.
Oceanía es un continente insular de la Tierra constituido por la plataforma continental de Australia, las islas de Nueva Guinea, Nueva Zelanda y los archipiélagos coralinos y volcánicos de Melanesia, Micronesia y Polinesia. Todas estas islas están distribuidas por el océano Pacífico. Con una extensión aproximada de 9 millones de km², se trata del continente más pequeño del planeta.
La colonización por parte de las potencias europeas de Oceanía se debió más a razones de prestigio internacional que a razones estratégicas o económicas. Después de la Segunda Guerra Mundial las islas que componen Oceanía comenzaron a independizarse bajo la tutela de sus antiguas metrópolis como Holanda, Inglaterra, Estados Unidos, o de potencias regionales como Nueva Zelanda o Australia.
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